Los sabores y aromas que nos apasionan son los que remedan los instantes sin tiempo de nuestra infancia....Esta historia empieza una tarde en que, pasando por la Perazzo, tradicional panadería de mi ciudad, me dieron ganas de comer esas galletas aplanadas, irregulares, con un enrejado parecido al de los waffles pero mas finitas, saborizadas con anís, que mi abuela solía traer de esa panaderia, para la hora del mate. Mientras se me hacía agua la boca, entré en la Perazzo, pero no conseguí respuesta. Nada sabían de galletas de anís.
...Después, en casa, comenzó mi búsqueda por internet, usando todos los adjetivos que nombré antes, hasta que por fin di con el blog en que encontré la receta: lamajuluta.blogspot.com. Ahí me enteré que esas benditas galletas se llamaban pizzelle .

...Tenía la receta, ahora bien, necesitaba el fierro para poder hornearlas. Y en el mismo blog, cai en la grata sorpresa de que los pizzelle eran típicos del Abruzzo italiano, región a la que pertenece la familia de un amigo. Y mi amigo, finalmente, preguntando a su mamá italiana, pudo acercarme esa pieza fundamental que me faltaba para poder hacer los pizzelle.
...Hay sabores y aromas que remedan nuestra infancia. Los pizzelle son, para mi, una puerta para escaparme, por un ratito, a tomar mates con mi abuela.
Hola Fernando, qué hermoso el hierro que te han prestado!
ResponderEliminarMe alegro haber colaborado en algo en esta tarde de mate y pizzelle... :)
Recientemente llegó a mis manos otro hierro, argentino, copia de otro de una familia abbruzzesa también. Son pequeños tesoros.
Muchos saludos,
Marcela
Hola! Te salieron buenos los pizzelles! Me gusta este Blog y mucho más esta receta familiar.
ResponderEliminarEl Fierro se ha hecho famoso y ya anda pidiendo autógrafos!!!:)
Un abrazo grande. Tu amigo, el del Fierro.
Martín Tatangelo.